27.4.12

Josep Guardiola, gràcies

Quan hom s'inicia en l'esport d'equip a través del futbol, ​​ho fa a primerenca edat i busca referents, herois, amb els quals orientar i exercir l'esport. Fins i tot orienta la seva situació en el camp segons sigui aquesta mateixa posició l'executada per l'ídol.Curiosament si al llarg dels primers anys es canvia d'heroi, cosa habitual en els nens, també es demana a l'entrenador el canvi de lloc al camp, encara que de vegades ja no hi ha punt de retorn i si t'has iniciat com a defensa, aquí et quedes i només si el teu objectiu és fer gols i no els fas, la teva carrera es reinventa a una altra posició al camp, la banqueta o l'elecció d'un altre esport més individual. El futbol és una de les primeres activitats en el món en què es descobreix el fracàs i la frustració i la manera de superar aquest primer mal tràngol pot ser de gran influència en el teu futur en l'edat adulta.Certament hi ha alguna cosa de cert en això que fa que entrenadors de jugadors infantils, no tots, intentin inculcar la formació als nois a través de l'activitat esportiva, sent la prioritat l'educació. Conceptes educatius sobre la victòria o la derrota, l'equip són tots, la felicitació a l'adversari, la generositat amb el company, la cultura de l'esforç, el respecte a l'àrbitre, el gol és un treball del conjunt i, en definitiva, l'esport és cultura i educació.Malauradament no és un objectiu fàcil quan els referents professionals no es comporten com a tals i els herois, jugadors i entrenadors, i la societat esportiva en què exerceixen la seva autoritat, no són models d'imitació, així com els aficionats que amb la seva emoció i diners mantenen tot el muntatge. El guanyar com a única meta i a qualsevol preu és la màxima en que se sosté el futbol professional i el seu mirall enfront dels imitadors infantils exerceix una mala influència.Per això, quan cíclicament apareixen dignes models de joc creatiu, respecte al contrari, esforç solidari, acatament als jutges, i educació cap a l'esport, de forma automàtica es construeix el seu antagonista que com a característica intrínseca és destruir més que crear i que no té vergonya d'utilitzar la manipulació informativa i la mentida com armes principals per enfonsar el nou patró de joc, dins i fora del terreny.No forma part de l'esport. Forma part de l'educació, de la mala educació. I el triomf d'aquest mal ens demostra que l'esperança disminueix mentre seguim invertint en armes i retallant en educació. En el fons som depredadors, però som els únics que ens aniquilem entre nosaltres. I amb el futbol aprenem de petits que l'únic que val és sortir del camp amb el triomf, que és l'únic que tindrà èxit fora d'ell.Tot i la realitat, gràcies a tota la gent i als entrenadors que encara s'esforcen a canviar les coses i en donar un altre valor a la frase tòpica: el futbol és així.Gràcies, Josep Guardiola

Josep Guardiola, gracias


Cuando uno se inicia en el deporte de equipo a través del fútbol, lo hace a temprana edad y busca referentes, héroes, con los que orientar y ejercer el deporte. Incluso orienta su situación en el campo según sea esa misma posición la ejecutada por el ídolo. Curiosamente si a lo largo de los primeros años se cambia de héroe, algo habitual en los niños, también se pide al entrenador el cambio de lugar en el campo, aunque en ocasiones ya no hay punto de retorno y si te has iniciado como defensa, ahí te quedas y sólo si tu cometido es meter goles y no los haces, tu carrera se reinventa a otra posición en el campo, el banquillo o la elección de otro deporte más individual. El fútbol es una de las primeras actividades en el mundo en la que se descubre el fracaso y la frustración y la manera de superar ese primer mal trago puede ser de gran influencia en tu futuro en la edad adulta. Ciertamente hay algo de cierto en ello que hace que entrenadores de jugadores infantiles, no todos, intenten inculcar la formación a los chicos a través de la actividad deportiva, siendo la prioridad la educación. Conceptos educativos sobre la victoria o la derrota, el equipo son todos, la felicitación al adversario, la generosidad con el compañero, la cultura del esfuerzo, el respeto al árbitro, el gol es un trabajo del conjunto y, en definitiva, el deporte es cultura y educación.
Desgraciadamente no es un objetivo fácil cuando los referentes profesionales no se comportan como tales y los héroes, jugadores y entrenadores, y la sociedad deportiva en la que ejercen su autoridad, no son modelos de imitación, así como los aficionados que con su emoción y dinero mantienen todo el tinglado. El ganar como única meta y a cualquier precio es la máxima en la que se sostiene el fútbol profesional y su espejo frente a los imitadores infantiles ejerce una mala influencia.
Por ello, cuando cíclicamente aparecen dignos modelos de juego creativo, respeto al contrario, esfuerzo solidario, acatamiento a los jueces, y educación hacia el deporte, de forma automática se construye su antagonista que como característica intrínseca es destruir más que crear y que no tiene vergüenza de utilizar la manipulación informativa y la mentira como armas principales para hundir el nuevo patrón de juego, dentro y fuera del terreno.
No forma parte del deporte. Forma parte de la educación, de la mala educación. Y el triunfo de ese mal nos demuestra que la esperanza disminuye mientras seguimos invirtiendo en armas y recortando en educación. En el fondo somos depredadores, pero somos los únicos que nos aniquilamos entre nosotros. Y con el fútbol aprendemos de pequeños que lo único que vale es salir del campo con el triunfo, que es lo único que tendrá éxito fuera de él.
A pesar de la realidad, gracias a toda la gente y a los entrenadores que todavía se esfuerzan en cambiar las cosas y en dar otro valor a la frase tópica: el fútbol es así.
Gracias, Josep Guardiola

25.4.12

Riurà bé qui riurà darrer & El último es el que ríe bien

El Barça eliminat pel Chelsea de la Champions a la semifinal, 24-4-2012.
JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA
El Madrid eliminado por el Bayern de la Champions en la semifinal, 25-4-2012
JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA

16.4.12

Cursa Corte Inglés 2012


14.4.12

Cazador blanco, corazón negro


11.4.12

Titanic


Quantes vegades el Titanic s'haurà d'enfonsar
abans no el deixin descansar en pau ?
Quantes histories ens hauran d'explicar
perquè la detallada ficció tapi la indescriptible realitat?
Si en 100 anys els personatges de ficció ens han fet commoure,
quants anys necessitaran els drames reals per sortir a la llum?
Què fa que l'ésser humà trobi petroli
de la desgràcia personal quan esdevé col·lectiva?
Quants Titànics haurem de comprar
per seguir gratant els sentiments?
Per què serà que els supervivents
han estat més discrets que els seus hereus?

Com bé deia en Dylan

Això, amic meu, tan sols ho sap el vent,
escolta la resposta dins del vent.

6.4.12

Semana Santa: misa, procesión y cine.




Para la dictadura en Semana Santa no era necesario hacer planes. Los poderes políticos y religiosos programaban la horquilla televisiva para entretener y aleccionar al pueblo. Ni que decir tiene que todo lugar de recreo estaba cerrado y bares y restaurantes casi abrían clandestinamente. La calle era ocupada por las procesiones religiosas de las respectivas cofradías que con pasión y fervor demostraban el alto nivel cristiano de la sociedad que, todos a una, llenaban las calles del gran espectáculo de fe. Como complemento, aperitivo o final de desfile, tocaba misa de aquellas largas no inferiores a una hora si eran de las cantadas. No había alternativa, como quedarse en casa, porque era habitual que el vecindario hiciera vida de calle, había más conocimiento de la vida del barrio y el que no asistía a los actos programados era ojo de las críticas habituales de los más fieles. El miedo al qué dirán era cercano a la denuncia moral o incluso confundida con la denuncia ideológica por sospechas de no ser adicto al régimen. Por lo tanto, y más en zona de vencidos, el silencio y la obediencia eran las actitudes más sensatas. Penitencia.
Tras el cumplimiento, la cadena televisiva nacional premiaba a los fieles con una programación cinéfila, eso sí, con temas muy religiosos. Y, por si no habíamos estado atentos a la educación religiosa ortodoxa, las historias del corpus cristiano made in USA de extenso catálogo nos aliñaban la noche también para evitar malas tentaciones de pensamiento y obra. Como no había otra cosa, la audiencia era alta y fiel. Y así, año tras año, se repetían las películas hasta convertirse en los clásicos de Semana Santa. Como la mayoría eran de buena factura e interpretadas por los grandes actores de la época, adquirimos una cierta cultura de lo que se convirtió en el género del cine religioso. Así teníamos por el lado de Dios, La Biblia desde la creación hasta el éxodo del pueblo judío con Los diez mandamientos como la estrella de la semana. Por el otro lado la vida y pasión de Cristo con Rey de Reyes como el plato fuerte. Si bien eran las películas colaterales las que tenían más seguidores, es decir, las que envolvían la historia del pueblo de Dios o de Cristo con tramas más entretenidas y divertidas. Así el gran clásico por excelencia fue Ben-Hur. Bien pensado no sé si los programadores de la dictadura entendían lo que estaban haciendo, porque en un régimen católico-nacional donde los judíos no tenían buena prensa principalmente por no comulgar con la fe cristiana más seguidora de Cristo que de Dios, resulta que en la parrilla el pueblo judío era el más alabado en las historias de ficción. Quizá por eso la mejor de las películas de la semana dicha era Ben-Hur que hacía que el príncipe judío se convirtiera en un fervoroso seguidor de Cristo. No hay nada más redentor que un converso. Y por eso, era la más repetida.
También hay que recordar la programación de películas de Santos y Santas de todo tipo con el relato de sus vidas ejemplares.
Muerta la dictadura la cosa se fue descafeinando salvo períodos democráticos de poder conservador donde casualmente volvían a aparecer los clásicos de siempre.
Como estamos en uno de estos períodos dentro de los cuales también hay cadenas seguidoras del talante guardián de las esencias morales y religiosas, resulta que vuelven a estar presentes en la parrilla. Afortunadamente ya no hay miedo, aunque haya crisis, por no ser un buen chico y no hacer seguimiento de la fe y nos podemos ahorrar la saturación.
Dicho esto y con la mente libre, algunas de estas películas son recomendables desde el puro punto de vista cinéfilo, por ser grandes producciones con los Star System de la mejor época del cine. Y aún serían mejores si fuéramos personas de fe.
Todavía están a tiempo de ver, sin sospechas de ningún tipo,

Ben-Hur (Wylliam Wyler, 1959), Quo Vadis (Mervyn Leroy, 1951), Los diez mandamientos (Cecil B. De Mille, 1956), La Biblia (John Huston, 1966), Rey de Reyes (Nicholas Ray, 1961), La túnica sagrada (Henry Koster, 1953), El Evangelio según San Mateo (Pier Paolo Passolini, 1964), Francisco, juglar de Dios (Roberto Rossellini, 1950), Jesús de Nazaret (Franco Zeffirelli, 1977)

Y para tomar tierra, el musical Jesucristo Superstar (Norman Jewison, 1973) y la parodia La Vida de Brian (Monty Python, 1979), .

Setmana Santa: missa, processó i cinema.


A la dictadura a Setmana Santa no calia fer plans. Els poders polítics i religiosos programaven la forquilla televisiva per entretenir i alliçonar al poble. No cal dir que tot lloc d’esbarjo era tancat i bars i restaurants gairebé obrien clandestinament. El carrer era ocupat per les processons religioses de les respectives confraries que amb passió i fervor demostraven l’alt nivell cristià de la societat que, tots a una, omplien els carrers del gran espectacle de fe. Com a complement, aperitiu o final de rua, tocava missa d’aquelles llargues no inferiors a una hora si eren de les cantades. No hi havia alternativa, com quedar-se a casa, perquè era habitual que el veïnat fes vida de carrer, hi havia més coneixement de la vida del barri i el que no assistia als actes programats era ull de les critiques habituals dels més fidels. No cal dir que la por al què diran era proper a la denuncia moral o fins i tot confosa amb la denuncia ideològica de no addicte al règim. Per tant, i més en zona de vençuts, el silenci i la obediència eren les actituds més assenyades per no dir-ne penitència.

Després del compliment la cadena televisiva nacional premiava als fidels amb una programació cinèfila, això si, amb temes molt religiosos. I, per si no havíem estat atents a l’educació religiosa ortodoxa, les histories del corpus cristià made in USA d’extens catàleg ens amanien la nit també per evitar males temptacions de pensament i obra. Com no hi havia altra cosa, l’audiència era alta i Fidel. I així any rere any es repetien les pel·lícules fins esdevenir els clàssics de Setmana Santa. Com la majoria eren de bona factura i interpretades pels grans actors de l’època, vam adquirir una certa cultura del que va esdevenir el gènere del cinema religiós. Així teníem a la banda de Déu, amb La Bíblia des de la creació a l’èxode del poble jueu amb Els deu manaments com l’estrella de la setmana. Per l’altra banda la vida i passió de Crist amb Rei de Reis com el plat fort. Si bé eren les pel·lícules col·laterals les que tenien més seguidors, és a dir, les que embolicaven la trama del poble de Déu o de Crist amb trames més entretingudes i divertides. Així el gran clàssic per excel·lència va esdevenir Ben-Hur. Ben pensat no sé si els programadors de la dictadura entenien els que estaven fent, perquè en un règim catòlic-nacional on els jueus no tenien bona premsa principalment per no combregar amb la fe cristiana més seguidora de Crist que de Déu, resulta que en la graella el poble jueu era el més lloat en les histories de ficció. Potser per això la més gran de les pel·lícules de la setmana dita era Ben-Hur que feia que el príncep jueu esdevingués un fervorós seguidor de Crist. No hi ha res més redemptor que un convers. I per això, era la més repetida.

També cal recordar la programació de pel·lícules de Sants i Santes de tota mena amb el relat de les seves vides exemplars.

Morta la dictadura la cosa es va anar descafeïnant tret de períodes democràtics de poder conservador on casualment tornaven a aparèixer els clàssics de sempre.
Com estem en un d’aquests períodes dins dels quals també hi ha cadenes seguidores del tarannà guardià de les essències morals i religioses, resulta que tornen a estar presents a la graella. Afortunadament ja no hi ha por, tot i que hi hagi crisi, per no ser un bon minyó i no fer seguiment de la fe i ens podem estalviar la saturació.
Dit això i amb la ment lliure, algunes d’aquestes pel·lícules són recomanables des del pur punt de vista cinèfil, per ser grans produccions amb els Star System de la millor època de Hollywood. I encara serien millors si fóssim persones de fe.

Encara estan a temps de veure, sense sospites de cap mena,

Ben-Hur (Wylliam Wyler, 1959), Quo Vadis (Mervyn Leroy, 1951), Los diez mandamientos (Cecil B. De Mille, 1956), La Biblia (John Huston, 1966), Rey de Reyes (Nicholas Ray, 1961), La túnica sagrada (Henry Koster, 1953), El Evangelio según San Mateo (Pier Paolo Passolini, 1964), Francisco, juglar de Dios (Roberto Rossellini, 1950), Jesús de Nazaret (Franco Zeffirelli, 1977)

I per aterrar, el musical Jesucristo Superstar (Norman Jewison, 1973) i la parodia La Vida de Brian (Monty Python, 1979).